Por desgracia, André, no tengo ni he tenido nunca una sola estampa -icono, en su caso- de esta santa mártir. También me gustaría tenerla a mí, simplemente porque no hay santa mártir que no me interese.
Lamento que tu pariente te ridiculice por tu fe, te aconsejo que te hagas respetar pero sin agredirle o denigrarle, como él hace contigo, eso suele dar mejor resultado que ir de prepotente por el mundo. Desprecio tanto a los prepotentes creyentes como a los prepotentes ateos. Creo que no hay nada peor que la prepotencia. Nuestro sello debe ser la humildad y el respeto a los demás. Siempre.